Cachemira bajo fuego

Autor: Calle Velasquez, Eduardo Jesus

En abril de 2025, la región de Cachemira volvió a encenderse con violencia tras un atentado en la localidad india de Pahalgam que dejó más de una veintena de muertos. La escalada fue inmediata: India lanzó la “Operación Sindoor” contra objetivos considerados terroristas en territorio pakistaní, mientras que Pakistán respondió con ataques similares, reavivando el temor de un conflicto de mayores proporciones entre dos potencias nucleares. A pesar del cese al fuego alcanzado el 10 de mayo, las consecuencias humanitarias fueron severas y la estabilidad regional quedó nuevamente en entredicho. Este episodio no es un hecho aislado, sino el reflejo de una disputa prolongada y compleja entre India y Pakistán que tiene como epicentro a la disputada región de Cachemira. Desde la partición del subcontinente indio en 1947, ambos países han reclamado su soberanía sobre este territorio, cuyas raíces coloniales, diferencias religiosas, nacionalismos enfrentados e intereses geoestratégicos lo han convertido en uno de los focos de tensión más persistentes del escenario internacional contemporáneo. Para entender la complejidad de este conflicto recurrente y desarrollar un punto de vista crítico, es fundamental analizar sus orígenes históricos, las causas que lo provocan y las posibles vías para su resolución.

Las tensiones por el control de Cachemira se remontan a la independencia de India y Pakistán del dominio británico en 1947. Al momento de la partición, el estado principesco de Jammu y Cachemira, de mayoría musulmana pero gobernado por un maharajá hindú, quedó indeciso respecto a su adhesión. Tras una revuelta y la invasión de milicias tribales respaldadas por Pakistán, el maharajá Hari Singh decidió unirse a la India a cambio de apoyo militar. Esto dio lugar a la primera guerra indo-pakistaní (1947-1948), que culminó con la intervención de la ONU y el establecimiento de la Línea de Control (LoC), dividiendo el territorio entre ambos países. Desde entonces, se han producido otras dos guerras (1965 y 1999), además de constantes escaramuzas y operaciones militares.

La disputa por Cachemira posee múltiples dimensiones que explican su complejidad. En primer lugar, el factor religioso ha sido determinante: mientras que India es mayoritariamente hindú, Pakistán se concibió como un Estado musulmán. Cachemira, siendo una región de mayoría musulmana, se ha visto atrapada entre ambos nacionalismos. En segundo lugar, el factor estratégico del territorio es innegable, al ser fuente de recursos hídricos clave y una frontera de interés geopolítico, especialmente frente a China. En tercer lugar, el factor ideológico-nacionalista ha jugado un papel crucial, ya que tanto India como Pakistán han utilizado el conflicto para consolidar narrativas internas, fortaleciendo posturas nacionalistas y justificando una constante militarización de la zona. Finalmente, el factor perceptivo contribuye a la escalada de tensiones, pues India acusa a Pakistán de respaldar a grupos armados responsables de ataques como el de Pulwama en 2019, mientras que Pakistán denuncia abusos de derechos humanos por parte de India contra la población cachemir. Esta diferencia de narrativas, en la que unos ven terroristas y otros luchadores por la libertad, profundiza la desconfianza y perpetúa el ciclo de militarización. Así como lo menciona la especialista, Shabana Naeem (2025): 

La ISI, organización de inteligencia del Estado pakistaní, fue acusada por el gobierno indio de respaldar a grupos armados extremistas para contrarrestar a la India. Sin embargo, en realidad, Pakistán criticó duramente estas acciones, aunque las autoridades indias continuaron sospechando que el Estado pakistaní estaba detrás de amenazas dirigidas contra su país (p.5).

En los últimos años, la situación se ha deteriorado de forma preocupante. En agosto de 2019, el gobierno indio revocó el Artículo 370 de su constitución, que otorgaba a Jammu y Cachemira un estatus especial de autonomía. Esta medida provocó un fuerte rechazo por parte de Pakistán y un aumento significativo de la tensión. Desde entonces, se ha intensificado la presencia militar, se han reportado violaciones de derechos humanos y se ha restringido el acceso a información y comunicación. La reciente crisis de abril-mayo de 2025, que incluyó el uso de drones armados, bombardeos y el cierre del espacio aéreo, ha evidenciado un nuevo nivel de sofisticación y peligro. La población civil, por su parte, continúa siendo la principal víctima de esta espiral de violencia.

Las posibilidades de una solución pacífica han sido obstaculizadas por la desconfianza mutua, la falta de voluntad política y el rechazo de India a la mediación internacional. Mientras que Pakistán ha abogado por la intervención de organismos como la ONU, India sostiene que se trata de un asunto interno, lo que ha limitado significativamente las oportunidades de diálogo efectivo. Sin embargo, bajo mi punto de vista, superar este bloqueo diplomático exige la intervención de actores externos con legitimidad global, como la ONU, la Unión Europea o países mediadores, que puedan facilitar un proceso de diálogo creíble entre ambas partes. En el caso de Cachemira, esta mediación debería ir acompañada de un compromiso firme por parte de India y Pakistán de respetar la diversidad cultural, lingüística y religiosa que persiste hasta el día de hoy en la región. Reconocer y proteger la identidad de las comunidades en Cachemira no solo es un imperativo ético, sino también una vía necesaria para construir confianza y abrir paso a una paz duradera.

En conclusión, lo que ocurre en Cachemira no puede entenderse como una simple disputa territorial. Está entrelazado con memorias coloniales, identidades religiosas, intereses estratégicos y tensiones globales. Más allá de la rivalidad entre dos naciones, se trata de una crisis que afecta directamente a millones de personas, cuyas vidas están marcadas por la incertidumbre, el miedo y la represión. Los hechos recientes demuestran que mantener el statu quo solo prolonga el sufrimiento. Superar décadas de hostilidad requerirá coraje político, voluntad de diálogo y una mirada que priorice la dignidad humana sobre las banderas.

Referencias

BBC Mundo. (2023). 3 preguntas para entender el origen del conflicto entre India y Pakistán. https://www.bbc.com/mundo/articles/c4g8g85zj8yo

Center for Strategic and International Studies (CSIS). (2025). What led to the recent crisis between India and Pakistan?. https://www.csis.org/analysis/what-led-recent-crisis-between-india-and-pakistan

El País. (2025). La India y Pakistán: un conflicto de raíz colonial con epicentro en la disputada Cachemira. Extraído el 24 de mayo de 2025 en: https://elpais.com/internacional/2025-05-08/

Naeem, S. (2025). View of Kashmir issue during Musharraf era: A diplomatic shift towards peace. Policy Journal of Management Sciences. https://policyjournalofms.com/index.php/6/article/view/624/653

Ministerio de Defensa de España. (2018). El conflicto de India y Pakistán. Ministerio de Defensa; Madrid. https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/c/o/conflicto_india_pakistan.pdf