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China y la Unión Europea ¿éxito o fracaso?

china y la unión europea ¿éxito o fracaso?

Pese a los desacuerdos políticos y económicos, se apuesta por la cooperación...

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, dos de las más grandes potencias mundiales, aún se mantiene vigente. El evidente crecimiento económico del gigante asiático durante el paso de los años y su recuperación tras el impacto de la pandemia, representa un factor importante en la lucha entre ambos países por el dominio de la economía mundial. En este sentido, al ser la Unión Europea una de las principales potencias comerciales y un actor clave a nivel internacional, va a tomar un papel decisivo dentro de la competencia entre dichos países.

La expansión de China a nivel mundial se debe a la reforma económica que se adoptó en 1978 impuesta por Deng Xiaoping, secretario general del gobernante Partido Comunista de China, en donde se abren las puertas al comercio exterior. Dicha reforma marcó un punto importante dentro del desarrollo del gigante asiático, pues dio paso a la búsqueda por incrementar su presencia a nivel mundial. Ello, mediante el uso de acuerdos como por inversiones y vínculos de cooperación que llevaron a China a desarrollarse hasta la actualidad.

"El avance de China parece imparable, por lo que Estados Unidos y Europa deberían realizar una apuesta por la cooperación en lugar de confrontar al gigante asiático”, (Ezequiel Bistoletti, 2021). Frente al imparable avance de dichas potencias, y tomando en cuenta el gran impacto que ha tenido la pandemia dentro de la Unión Europea, la decisión por cooperar con una de estas debe ser cuidadosamente considerada. Por un lado, Estados Unidos ya no respeta en su totalidad el multilateralismo e impone reglas en el mercado a su favor. Asimismo, según proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) realizadas en el presente año, Estados Unidos saldrá mucho más rápido del impacto económico producido por la pandemia que Europa.

Por otro lado, la situación en China respecto a la violación de los derechos humanos y laborales resulta incómoda para el bloque europeo. Sumado a ello, Guntram Wolff, director del instituto europeo Bruegel mencionó durante su discurso en La Sorbona en el 2017 que: “China tampoco acepta las normas, crea nuevas relaciones y presiona a sus socios comerciales. [...] Y la UE se encuentra entre estos dos grandes jugadores y piensa '¿Cuáles son mis herramientas para triunfar en este mundo?”.

No obstante, es claro que la UE tiene presente sus prioridades y las medidas que debe tomar a futuro. Tal como lo menciona Pedro Sánchez (2020), se necesita de un respaldo en caso vuelva a suceder una situación de emergencia como es el caso de una pandemia, ello debido a la falta de recursos que presentaron muchos países europeos frente a la crisis sanitaria. Razón por la cual, pese a los desacuerdos políticos y económicos entre China y la UE, este último opta por establecer una relación de cooperación con el gigante asiático, dando como resultado que, tras siete largos años de negociación, a finales del 2020 se firme el Acuerdo Integral de Inversión (Comprehensive Agreement on Investment, CAI).

Ignorando el desacuerdo, la hostilidad, y hasta cierto punto, la decepción mostrada por Estados Unidos al no haber podido realizar un acuerdo económico antes que su rival; la Unión Europea se muestra optimista frente a lo que ellos consideran “el acuerdo más ambicioso que China haya realizado con otro país”. Dicho acuerdo permitiría el acceso de las empresas europeas al mercado chino, la igualdad de condiciones con las firmas chinas y una mayor transparencia en el sistema de subsidios. Asimismo, China se comprometía a adoptar todas las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), especialmente a ratificar el convenio referido al trabajo forzoso; así como cumplir ciertas obligaciones relacionadas a la sostenibilidad ambiental.

Sin embargo, y tal como opositores criticaron de ingenua a la UE por creer en las promesas de China, especialmente a aquellas relacionadas con los derechos humanos, el gigante asiático terminó ignorando muchos de los puntos establecidos en el acuerdo. Si bien el país busca evitar que se forme algún vínculo de cooperación con Estados Unidos, tampoco desea cumplir en su totalidad con las peticiones de la UE en vista de que lo colocaría en una posición en donde no se vería totalmente beneficiado.

En el presente año, la relación entre la Unión Europea y China es cada vez más tensa. La UE impuso sanciones a Pekín debido a la violación de derechos humanos de los uigures, pues tal como mencionó Von der Leyen (2020), los derechos humanos deben ser la base para establecer una correcta negociación. Es aquí en donde surge el problema, tal como se había mencionado anteriormente, no resulta sencillo establecer vínculos de cooperación entre ambas partes si es que China se niega a cambiar ciertos puntos en su modelo económico, así como a acabar con las violaciones masivas de derechos humanos.

Frente a esta situación, ¿la cooperación entre China y la Unión Europea puede aún mantenerse en pie? Ya ha quedado claro que no se puede cambiar ni el modelo económico chino ni su comportamiento. Por ello, si es que esta última desea continuar con el acuerdo, se necesitaría ajustar algunas de las condiciones impuestas al gobierno chino. El principal problema dentro de la relación entre ambas partes son los comportamientos represivos chinos a los derechos humanos y laborales, además de la vulneración a normas medioambientales. Por lo cual, bajo la premisa de no poder evitar dicho comportamiento, se trataría de mantener un margen entre las acciones de China y la UE, evitando relacionar estos comportamientos con las empresas europeas y sus consumidores. No obstante, considerando la tendencia china a no cumplir con parte de las condiciones acordadas, la Unión Europea bien podría optar por no realizar un vínculo de cooperación, o entablar un acuerdo económico con Estados Unidos.

En conclusión, tanto por parte de Estados Unidos como por China, se puede notar una incomodidad relacionada a la diferencia de condiciones, comportamientos y actitudes que influyen en la toma de decisión de la Unión Europea respecto a la opción de generar un acuerdo económico con una de las dos grandes potencias. Si bien la UE optó por elegir a China, los problemas a raíz de estas mismas diferencias y el incumplimiento de las condiciones ya establecidas dentro del acuerdo, van a representar un factor decisivo en si la cooperación se mantendrá o no. No se puede cambiar el pasado, pero el presente se encuentra totalmente a merced de las decisiones de La Unión Europea. Frente a la incapacidad de China de seguir al pie de la letra sus compromisos. La UE tiene la opción de tratar de ajustarse al modelo económico chino y asegurarse de que sus comportamientos no influyan en asuntos europeos, puede optar por mantenerse en la misma situación posterior al establecimiento del acuerdo, o puede buscar una cooperación con Estados Unidos.

Míralo resumido en nuestra infografía:

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