CRISIS EN LIBIA Y MARRUECOS: ¿UNA SEGUNDA PRIMAVERA ÁRABE?

La primera guerra civil en Libia (2011), fue un conflicto bélico entre el gobierno libio de Muamar el Gadafi y la oposición llamada Consejo Nacional de transición el cual tenía el apoyo de otros países como los que son pertenecientes a la OTAN, este conflicto se dió debido a que se solicitaba reformas democráticas y darle fin a la opresión. Estas protestas fueron respondidas con abuso y violencia por la milicia y grupos armados rivales generando un conflicto armado y ante la caída de Gadafi y el crimen de guerra sucedido, este ha dejado víctimas y aún no se ha tomado justicia debido a sus consecuencias ante una violación a los derechos humanos. Desde ahí, Libia ha estado sumergida en un desgobierno puesto que cada gobierno ha prometido poder reforzar el Estado de Derecho y la protección a sus derechos humanos, sin embargo, esto aún ha sido incapaz de cumplir.

En lo que respecta a Marruecos, Mohammed VI, el monarca absolutista, asumió el trono de Marruecos el 23 de julio de 1999, convirtiéndose en el sexto rey de la dinastía alauí. Durante los primeros años de su reinado, Mohammed VI implementó cambios en las leyes de familia para brindar más derechos a las mujeres y también inició varios proyectos de infraestructura. Además, cuando la Primavera Árabe llegó a Marruecos en 2011, el rey modernizó la Constitución. Sin embargo, es importante destacar que estas reformas no fueron completamente democráticas en su naturaleza. En los últimos años, se ha vuelto el foco de muchas críticas por su falta de transparencia como líder supremo y asuntos de corrupción con grandes corporaciones ligadas a la monarquía.

¿Pero qué tiene que ver esto con una primavera árabe y la crisis de ambos países?

En la quincena del pasado septiembre del 2023, ocurrieron catastróficos “desastres naturales” dejando alrededor de cuatro mil muertos; sin embargo, es inaudita la creencia de que esto pudo ser evitado. Según afirmó Petteri Taalas, jefe de la Organización Meteorológica Mundial, dependiente de la ONU.»La mayoría de las víctimas podría haberse evitado (…). Las autoridades de gestión de emergencias habrían podido evacuar a la gente. Y podríamos haber evitado la mayoría de las víctimas humanas».

Gran parte de la población está absolutamente enfurecida por el no accionar del gobierno, mayormente la ayuda humanitaria proviene de organizaciones gubernamentales y otros actores internacionales.

Tomando en cuenta que, un terremoto de tal magnitud se espera aproximadamente cada miles años por la poca memoria sísmica de regiones por las que se encuentra Marruecos, no es la primera vez que un suceso como este sorprende a la población marroquí. Sin embargo, este hecho que no se puede predecir, no minimiza el factor de que este gobierno debía hacerse responsable por la preparación ante este fenómeno natural. Entre los motivos por el que se agravó esta situación es la falta de atención a las infraestructuras de las construcciones en dónde miles de marroquíes viven. Además, después del terremoto muchas viviendas quedaron agrietadas, y la gente no tiene adónde ir. Cabe resaltar que, Marruecos vive del turismo, ya que este sector representa el 7% del PIB marroquí.

Por otro lado, tenemos a Libia que ha pasado por duras crisis como conflictos bélicos internacionales y civiles, y a raíz de esto con el paso de los años, se ha convertido un gobierno con inestabilidad en todos los sectores y aún más ahora cuando su país colma el número de muertos debido a los desastres naturales como el sismo acompañado de inundaciones dejando a víctimas sin hogar y sin recursos al igual que desapariciones de una parte de la población.

Estas consecuencias han abarcado que la población tome actitudes iguales como en la primera primavera árabe, es decir manifestarse a reclamar sus derechos hacia el gobierno ante una ineficiencia en la administración de los países implicados.

Si bien estos desastres naturales son imprevisibles, la responsabilidad política de los gobiernos de velar por el bienestar de sus ciudadanos es el verdadero desastre. Situaciones como estas, sólo hacen aún más visible las consecuencias del poco interés que se les da a las poblaciones vulnerables, ya sean por crisis política e inestabilidad generando un desgobierno total.