LECCIONES DE SINGAPUR PARA LA CADENA PRODUCTIVA PERUANA

Para Perú, Singapur puede ser más que solo un socio comercial, ya que sus experiencias también pueden ser una fuente de conocimientos. Como afirma la Embajada del Perú en Singapur (2021), entre ambos países existen múltiples intereses comunes, pues junto a la promoción del libre comercio y el crecimiento económico, el acercamiento entre Asia y América Latina representa una puerta al conocimiento que este país asiático ha adquirido durante su reforma económica (Kumar y Siddique, 2010). Este puede resultar muy útil al trazar un plan de acción para fortalecer la economía peruana y elevar su competitividad mediante la diversificación de exportaciones (Vasquez & Morales, 2016). El presente artículo buscará establecer tres pilares claves del crecimiento de Singapur y como estos representan lecciones que el Perú puede tomar en consideración. 

En primer lugar, el establecimiento de una política de apertura económica. Singapur ha tomado acciones concretas a favor de la liberalización del comercio (Rodriguez, 2001), buscando reducir barreras arancelarias y no arancelarias (Palacio,2013). Este enfoque puede ser adoptado por Perú, buscando la apertura comercial y el establecimiento de nuevos acuerdos comerciales favorables con otras naciones para fomentar el crecimiento económico (Huapaya & Naranjo, 2018), así como el ingreso de inversión extranjera (Huapaya & Naranjo, 2018); todo esto con el fin de aumentar las oportunidades de exportación  (Huapaya & Naranjo, 2018).  Para que esta política cobre efectividad y ofrezca resultados sostenibles en el tiempo, se deben considerar aspectos adicionales que faciliten el comercio. En el caso de Singapur, para crear un ambiente que propicie el comercio, se han reducido las barreras burocráticas al simplificar los procedimientos aduaneros y al implementar tecnología para agilizarlos (Hernandez, 2002). Otro aspecto es el fomento de la innovación y desarrollo de la tecnología (Huapaya & Naranjo, 2018). Este posee la capacidad de elevar las ventajas comparativas de un país, como ha ocurrido con Singapur (Lall, 2000); y Perú podría replicar los beneficios otorgados al aumentar su inversión en investigación y desarrollo, así como al desarrollar espacios de sinergia entre el sector privado, la academia y el estado. 

Como segundo pilar, y profundizando en la potencialidad que ofrece el trabajo conjunto entre el gobierno, la academia y el sector privado, Singapur brinda importantes enseñanzas sobre inversión en capital humano y diversificación de la industrialización que podrían ser aplicadas en el contexto peruano para impulsar el desarrollo económico y social. Según Meza y Zuñiga (2007, p.371), se ha comprobado que la inversión en educación y capacitación técnica desempeña un papel fundamental en el desarrollo del capital humano. En el caso específico del Perú, existe una necesidad apremiante de formar aproximadamente a 300 mil jóvenes en estudios técnicos para satisfacer la demanda de las empresas productivas en el país (RPP, 2022). Estas empresas están estrechamente vinculadas al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que destaca la urgencia de expandir la oferta de instituciones de educación superior tecnológica para satisfacer dicha demanda (RPP, 2022). En consonancia con este panorama, Luis Lescano (2022) enfatiza la importancia de que el Ministerio de Educación del Perú promueva de manera más enérgica las carreras técnicas, incorporando este enfoque en las políticas educativas nacionales (RPP, 2022). Esta medida resulta vital para fomentar una mayor participación de los jóvenes en la educación técnica y, a su vez, satisfacer las necesidades del mercado laboral y las demandas de las empresas productivas del país. Singapur ha demostrado que al alinear la educación a las necesidades de la economía y la industria, se pueden obtener resultados positivos en términos de desarrollo y crecimiento económico (Wong, 2007, p.197). Este enfoque se basa en la comprensión de las habilidades y competencias requeridas por el mercado laboral y en la creación de programas educativos y de formación que las aborden de manera efectiva (Briceño, 2011). Al diseñar una política educativa nacional que aliente la formación en carreras técnicas y se adapte a las necesidades y demandas del entorno económico, Perú podría seguir el camino de Singapur y fortalecer su desarrollo socioeconómico, desarrollándose en sectores económicos distintos a aquellos en los que tradicionalmente incide; buscando equilibrar el aprovechamiento de sus recursos naturales y la promoción de la innovación y la inversión en tecnología (Huapaya y Naranjo, 2018). 

Finalmente, el tercer pilar es el desarrollo de una infraestructura de calidad, que ofrezca las facilidades para que el desarrollo del comercio sea ágil y eficiente. Singapur ha invertido consistentemente en infraestructura de calidad: En 1969 construyó el primer Terminal de contenedores en Tanjang Pagar. Terminado en 1972 durante la era de la contenerización, este terminal se convirtió en el centro de las actividades portuarias Singapurenses y actualmente es el punto de transbordo de contenedores más grande del mundo (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2008). La inversión en sus puertos se ha diversificado, lo que ha logrado que Singapur ostente el título de primer puerto del mundo (World Energy Trade, 2022). Bajo la misma línea, desde la década de los 90 estableció un proyecto portuario global que se expande a diversas regiones del mundo, gestionando terminales portuarios, otorgando a las compañías navieras servicios logísticos rentables y de alta calidad (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2008). Actualmente, Singapur está invirtiendo más de US $14.000 millones de dólares en la construcción de un puerto automatizado al 2040. Ante este ejemplo, el Perú podría incluir en sus prioridades de inversión el desarrollo y mantenimiento de infraestructuras claves, dando prioridad a la calidad y eficiencia de la construcción. Un acercamiento inicial a este escenario es el potenciar los proyectos que ya vienen siendo desarrollados con este fin, como el megaproyecto de ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (Ministerio de Transportes y Comunicaciones, 2023). Un elemento fundamental para modernizar la infraestructura es la participación del sector privado. Singapur ha fomentado las asociaciones público-privadas (APP) y las concesiones. Perú puede aprender de este modelo al facilitar la participación del sector privado en proyectos de infraestructura, con el objetivo de recibir financiamiento, experiencia técnica y eficiencia en la ejecución. Un caso ilustrativo y con gran potencialidad para la transferencia de conocimientos es el terminal multipropósito, Muelle Norte del Puerto del Callao (Andina, 2022 ), que viene siendo desarrollado junto a la Autoridad Portuaria de Singapur. Este proyecto tiene como finalidad consolidar esta terminal como un Puerto Hub en la región, para lo que se buscará mejorar su infraestructura y dotarla de equipos inteligentes que le permitan elevar su eficiencia operativa a fin de cumplir con estándares internacionales (Ministerio de Transportes y Comunicaciones, s.f).

En conclusión, los tres pilares fundamentales de Singapur, a saber, la apertura económica, la inversión en capital humano y la infraestructura, se presentan como una valiosa guía para el desarrollo del Perú. La adopción de políticas que fomenten la apertura de mercados y la atracción de inversiones extranjeras, combinadas con un enfoque decidido en la mejora de la educación y formación de su población, así como en el desarrollo de infraestructuras sólidas y modernas, pueden ser los cimientos sobre los cuales el Perú construya un futuro próspero y sostenible. Al seguir estos pilares, el país tiene el potencial de impulsar su economía, generar empleo, elevar el nivel de vida de su población y promover su inserción en la economía global, posicionándose como un actor relevante en la región y más allá. El enfoque integral en estos tres aspectos clave puede ser el catalizador que impulse al Perú hacia el crecimiento económico y el desarrollo sostenible que tanto anhela.