Persecusión religiosa en la dictadura de ortega

La persecución religiosa en Nicaragua ha alcanzado niveles alarmantes bajo la dictadura de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo. Desde 2018, año marcado por masivas protestas contra el régimen, la Iglesia católica ha sido blanco de ataques sistemáticos, acumulando hasta la fecha un total de 740 agresiones documentadas. El año 2023 se destacó como el más violento para la Iglesia en el último quinquenio, con 275 ataques registrados.

Contexto de la Persecución:

La violencia contra la Iglesia católica comenzó como una reacción a la postura de los obispos durante las protestas de 2018, cuando estos decidieron apoyar a las víctimas de la represión. Ortega acusó a los obispos de ser «golpistas», y desde entonces, la represión no ha cesado. El régimen ha implementado diversas medidas para desmantelar la presencia e influencia de la Iglesia, como la prohibición de 3,639 expresiones piadosas populares y el exilio forzado de sacerdotes críticos.

Casos Recientes:

Uno de los incidentes más recientes se produjo el 20 de diciembre de 2023, cuando el obispo Isidro del Carmen Mora fue arrestado mientras se dirigía a una ceremonia religiosa. Su paradero sigue siendo desconocido. Además, en octubre de 2023, el régimen expulsó a una docena de sacerdotes a Roma, continuando con una política de destierro que comenzó en 2018 con el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez. También se ha registrado la condena de once pastores del Ministerio Puerta de la Montaña a penas de hasta 15 años de prisión por supuestos delitos, reflejando la creciente represión contra organizaciones religiosas no alineadas con el régimen. En abril de 2023, el gobierno bloqueó las cuentas bancarias de la Iglesia católica y, en agosto de 2024, dos sacerdotes adicionales fueron detenidos en la diócesis de Matagalpa.

Impacto en otras Comunidades Religiosas:

La represión no se limita a la Iglesia católica; también afecta a comunidades evangélicas. En un caso notable, once pastores del Ministerio Puerta de la Montaña recibieron condenas de hasta 15 años de prisión por delitos supuestamente relacionados con su oposición al régimen. 

Impacto en la Economía:

El cierre forzado de varias organizaciones religiosas, tanto católicas como evangélicas, ha limitado su alcance y dificultado la provisión de servicios sociales y ayuda humanitaria. La expulsión de sacerdotes y pastores ha generado inestabilidad en las comunidades religiosas y ha repercutido en su capacidad para mantener actividades y programas. Además, la persecución y el clima de miedo han reducido las donaciones y diezmos, afectando negativamente sus ingresos y su capacidad para realizar proyectos de caridad.

En resumen, la persecución religiosa en Nicaragua ha debilitado gravemente la posición económica de la Iglesia católica y otras organizaciones religiosas. El bloqueo de cuentas, el cierre de instituciones, la expulsión de líderes y la disminución de ingresos han dificultado su funcionamiento y han tenido un impacto negativo en la sociedad nicaragüense en general.

Resistencia y Esperanza:

A pesar de la represión, la Iglesia ha demostrado una notable resiliencia. Líderes religiosos continúan buscando formas de mantener la fe y la esperanza entre la población nicaragüense, desafiando el discurso del gobierno que promueve la sumisión y el miedo. La situación ha llevado a organismos locales e internacionales a documentar y denunciar la violación de derechos humanos, incluyendo la libertad religiosa, en un contexto donde el marco legislativo ha sido adaptado para perseguir a los opositores del régimen.

Respuesta Internacional:

La ONU ha respondido claramente ante la creciente persecución religiosa en Nicaragua. La organización ha denunciado el agravamiento de la represión contra la Iglesia católica y ha señalado que esta situación forma parte del deterioro general de las libertades en el país. En un informe reciente, se destacó que el gobierno de Ortega ha intensificado las detenciones arbitrarias y expulsiones de clérigos y laicos católicos, lo que ha generado preocupación a nivel internacional.

La Comisión de Libertad Religiosa Internacional de los Estados Unidos recomendó al gobierno estadounidense apoyar a los expertos en derechos humanos de la ONU para investigar las violaciones a la libertad religiosa en Nicaragua, incluyendo la identificación de los responsables. Esta recomendación subraya la necesidad de una respuesta internacional más robusta ante la crisis.

Nicaragua ha sido incluida en la lista de países con mayor persecución religiosa, lo que ha llevado a la recomendación de designarla como «País de Particular Preocupación» (CPC) por parte de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional. Esta designación podría abrir la puerta a sanciones dirigidas al régimen de Ortega, con posibles implicaciones económicas y políticas. A pesar de la represión, la ONU y otros organismos han reconocido la resiliencia de la Iglesia en Nicaragua, que continúa buscando maneras de mantener la fe y la esperanza entre sus fieles, a pesar de las prohibiciones y el clima de miedo.

En resumen, la ONU ha respondido a la persecución religiosa en Nicaragua mediante denuncias, recomendaciones para investigaciones y apoyo a la comunidad internacional para abordar la crisis de derechos humanos en el país.