República Democrática del Congo: extractivismo y muerte

El recrudecimiento de los enfrentamientos armados a principios de febrero del presente año en la República Democrática del Congo ha puesto a la provincia de Kivu del Norte como epicentro de una serie de continuos bombardeos hacia campamentos de desplazados en zonas como Lac Vert, Lushanga y Mugunga, ubicadas en Goma, al este del país. Según The Associated Press, los bombardeos únicamente del pasado 4 de mayo resultaron en la muerte de 35 vidas congoleñas, incluidos menores de edad. Por su parte, el presidente Congoleño Felix Tshisekedi, señala a la milicia M23 como principal autor del bombardeo y de las constantes violaciones a los derechos humanos en la zonas mineras de Kivu del Norte. Debido a estos acontecimientos, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) emitieron un pronunciamiento condenando las condiciones de vida actuales de los desplazados en RDC y solidarizándose con las comunidades afectadas, reafirmando su compromiso por la paz y la estabilidad del país, sin embargo, lograrlos parece una meta muy lejana aún.

Antecedentes

Aunque la República Democrática del Congo haya conseguido su “independencia” de Bélgica en 1960, los principales problemas por los que atraviesa el país actualmente no distan de su pasado colonial. En la búsqueda de la extracción del caucho congoleño, el Rey Leopoldo II llevó a cabo uno de los proyectos genocidas más atroces de la historia de la humanidad. El “holocausto africano” dejó un saldo de aproximadamente 10 millones de muertos y, una cantidad significativa de personas mutiladas, aunque se desconocen los datos exactos. La explotación de la riqueza mineral del Congo nunca dejó de atraer intereses extranjeros, incluso mucho tiempo después de la ocupación belga, trayendo consigo la primera y la segunda guerra del Congo. Esta última marcó para siempre al país y a África en general, ya que es considerado el conflicto más grande de la historia del continente, involucrando a nueve países africanos y numerosos grupos armados. La guerra comenzó ante la negativa de las tropas ruandesas de abandonar la RDC durante el mandato de Laurent-Desiré Kabila, y resultó en la muerte de aproximadamente 5.4 millones de personas, la mayoría debido a enfermedades y hambre. Como consecuencia de este conflicto, los grupos rebeldes que surgieron se apoderaron de un gran número de minas, incluidas las de coltán (National Geographic, 2016).

Minerales bañados en sangre

El avance tecnológico ha sido fundamental para la construcción del mundo como lo conocemos actualmente. No obstante, solemos olvidar –o elegimos permanecer en la ignorancia– que detrás de este progreso existen víctimas de un sistema más grande y complejo, que han sufrido y continúan sufriendo las consecuencias de la denominada “cuarta revolución industrial”.

El negocio que gira alrededor de la explotación masiva de estos recursos naturales en República Democrática del Congo, especialmente del coltán –mineral inoxidable, extremadamente dúctil y esencial para la fabricación de dispositivos electrónicos, baterías y microchips– ha impulsado el desarrollo industrial de multinacionales y países del norte global. Cabe remarcar que este progreso se ha logrado en detrimento de la propia población congoleña, ya que la extracción de estos recursos ha contribuido a la proliferación de conflictos armados liderados por milicias de países vecinos que compiten por el control de las zonas mineras. Existen registros de más de 120 grupos armados que se disputan constantemente el control de las minas de coltán lucrándose de la extracción ilegal y la venta del mineral con el objetivo de financiar sus actividades y adquirir armas. Entre ellos destacan el Movimiento 23 de Marzo (M23), los Mai Mai Cheka, las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda, los Raia Mutomboki y las Alianzas Patriotas por un Congo Libre y Soberano. La mayoría de estas milicias provienen de países como Uganda y Ruanda y, en menor medida, de Angola y Zimbabue. El caso de Ruanda es muy particular dado que lleva años siendo líder en la exportación del coltán, sin embargo, no se conocen reservas del mineral en su territorio. Expertos de Naciones Unidas dijeron tener “pruebas sólidas” de que miembros de las fuerzas armadas de Ruanda realizaban operaciones allí en apoyo del grupo M23 (Associated Press, 2024). Una vez allí, es adquirido por multinacionales fundamentalmente estadounidenses, belgas, británicas, alemanas y chinas, aunque también ugandesas y ruandesas en menor medida. Según la periodista congolesa y defensora de los DDHH, Caddy Adzuba, existe un informe de la ONU que revela los nombres de dichas empresas pero actualmente se encuentra embargado por la presión de las mismas. Asimismo, Ruanda se encuentra respaldada por Reino Unido, Bélgica, Estados Unidos y, en menor medida, Países Bajos y Francia. Estos países occidentales calificaron a Ruanda como “país ejemplar” sin emitir ninguna pronunciación sobre las múltiples invasiones del mismo a RDC. Por último, es justo mencionar que, a pesar de los altos niveles de corrupción y abandono estatal, el Estado congolés ha implementado sus propias medidas para suplir su ausencia en las zonas más afectadas por la crisis, por ejemplo, ofreciendo a ex militantes de grupos armados un puesto en las filas de las Fuerzas Armadas de República Democrática del Congo bajo el beneficio de la ley de amnistía (Montoya, 2023).

Violación de los derechos humanos

La situación de los Derechos Humanos es crítica. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al mes de octubre del 2023, el número de desplazados llegó a la cifra de 5,6 millones de personas y tan solo en los primeros dos meses del presente año más de 135,000 personas fueron desplazadas en el Norte de Kivu según The International Rescue Committee. Así mismo, en la provincia de Ituri, rica en oro, se contabilizan al menos 2 millones de desplazados. Por otro lado, según el periodista Vázquez Figueroa, por cada kilo de coltán extraído mueren dos niños en la RD del Congo. UNICEF informó que existen alrededor de 40,000 menores de 18 años separados a la fuerza de sus familias trabajando en las minas con una jornada laboral de entre 12 a 14 horas diarias con pagas de 1$ o 2$. Por último, en cuanto a las agresiones por violencia sexual, las más perjudicadas son mujeres y niñas. En el año 2023 se han registrado un total de 50.159 denuncias por violencia de género, donde más de la mitad de las denunciantes reportaron haber sido víctimas de violaciones.

Vías de solución del conflicto

En 1999, Naciones Unidas estableció la primera Misión de Paz en República Democrática del Congo (MONUC) como respuesta a la Segunda Guerra del Congo (1998 – 2003) con el objetivo de velar por el restablecimiento de la paz y la democracia del país. No obstante, esta misión tuvo que enfrentar múltiples desafíos que finalmente terminaron por superarla, como fueron la extensión del territorio, el poco presupuesto y el interés secundario de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Todo ello, sumado a las denuncias de explotación sexual contra personal de la misión –192 acusaciones en 3 años–, desembocó en el replanteamiento de la misión en julio del 2010, esta vez bajo el nombre de MONUSCO. Pero, al igual que su antecesora, la misión tuvo poco éxito. A pesar de contar con un presupuesto de más de mil millones de dólares y con múltiples bases a lo largo del territorio, la misión de paz ha demostrado un bajo rendimiento. Además, aunque se redujo notablemente la cantidad de denuncias por violencia sexual, estas nunca dejaron de ser un problema.“El resentimiento contra los cascos azules se ha ido acumulando durante años, mientras rebeldes mal armados continúan masacrando a civiles en ciudades con presencia de las fuerzas de la ONU” (VICE news, 23 de febrero, 2023). Esta situación provocó las violentas protestas de mediados del 2022 que demandaban la salida de todas las tropas extranjeras del territorio incluida MONUSCO. Finalmente la ONU ha confirmado la retirada de la misión para finales del 2024.

En conclusión, la crisis humanitaria en la República Democrática del Congo es una de las más graves y las más prolongadas del mundo. La misma es resultado de los múltiples intereses que existen por la extracción de los recursos naturales del país. Por otro lado, los actores responsables de la crisis se pueden clasificar en tres planos. En el plano local, encontramos al gobierno congolés y su incapacidad de enfrentar eficazmente a los numerosos grupos armados que operan en su territorio. Asimismo, estos grupos armados también son actores claves y responsables directos del conflicto. En el plano regional, se identifican a los gobiernos de Uganda y Ruanda como actores que contribuyen a la inestabilidad del país a través del financiamiento a las milicias antes mencionadas. Por último, a nivel internacional, las multinacionales que compran coltán y otros minerales extraídos bajo condiciones de explotación laboral alimentan un ciclo vicioso del conflicto. Es así como se manifiesta la violencia en este país. Porque para las personas negras congoleñas la esclavitud nunca fue abolida, solo fue invisibilizada, y el resto del mundo agachó la cabeza.

Anas, A. P. V. (2018, 5 abril). Coltán, la maldición del Congo. El Independiente. https://www.elindependiente.com/futuro/2018/02/04/coltan-congo-antonio-pampliega/

Magazine, P. (2022, 14 marzo). “Las multinacionales financian el conflicto del Congo para conseguir los minerales”. Pikara Magazine. https://www.pikaramagazine.com/2016/03/caddy-adzuba-multinacionales-congo/

Montoya, C. E. (2023, November 15). Una valoración de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz: MONUSCO y el caso de República Democrática del Congo. Repositorio Institucional Javeriano. Retrieved May 20, 2024, from https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/65660/TdG%20-%20Carlos%20Ernesto%20Montoya%20Enciso.pdf?sequence=3&isAllowed=y

ONG ALBOAN. (2018, 1 agosto). Los minerales en conflicto del Congo. Tecnología Libre de Conflicto – Alboan. https://www.tecnologialibredeconflicto.org/minerales-congo/

Steers, J. (2020, 1 diciembre). The War Criminals Trying to Prevent a Genocide. VICE News. https://www.vice.com/en/article/xgzw9j/dr-congo-the-war-criminals-trying-to-prevent-a-genocide